No tientes a mis labios
a encontrase con los tuyos;
No susurres a este corazón helado
que tiembla con tus fugaces susurros
Ni marchites al frio inmenso atrayendo
de nuevo al cálido miedo de sentirse vivo.
Pues son estos demonios lo suficientemente intranquilos
para mover tinieblas y acercarse a los tuyos.
No me mires con esos ojos ;
fogosos y lejanos, frios y cercanos...
Que confunden a cualquiera
que en ellos se pierdan para tratar de sentirlos.
No provoques ese fuego,
tan cálido y fortuito
Y a la vez sensibble
que podría apagarse con tan solo un soplido.
Mírame a los ojos y trata de entenderme,
pierdete en mi infierno